Cultura y contracultura
Yajaira
Cabrita
Los
hombres se organizan en los espacios que habitan para desarrollar e
intercambiar su memoria colectiva, desde ahí se rigen a partir de
conductas que llegan a dominar las relaciones entre quienes componen
estos grupos sociales y su interrelación con el medio ambiente; esto
lo conocemos como “cultura”.
La
cultura establece parámetros, dibuja la sociedad en la que viven y
crecen los seres humanos; en ella se encuentran los principios y
valores, la misma se va modificando con el aprendizaje a través del
ensayo y error, medio, por el cual se fortalecen nuestras conductas.
Al igual que el código genético tiene la imperiosa necesidad de
modificarse. Ella integra a los grupos sociales, creando el sentido
de pertenencia, en otras palabras, hace posible el amor por lo que
somos y representamos.
“En
los países sub desarrollados, el ciudadano corriente cree que la
cultura es, y debe seguir siendo un producto exquisito sazón
espiritual que crean seres privilegiados” cito a Ludovico Silva,
(La plusvalía de la ideología). Es en este punto, donde la cultura
se presenta ajena a las masas, la importancia de la contracultura
va más allá de las bellas artes, porque en sí, ella representa la
esencia de las expresiones humanas sin importar las formas o el medio
que utiliza para hacerlo, también son viva voz de los pueblos.
Es
entonces, cuando la “contracultura” aparece en la sociedad y
rompe con los parámetros establecidos. Ella representa a un grupo
de personas que se encuentran al margen de la cultura elitista, una
cultura que no comparten, una cultura que los margina y los excluye.
Es así como se crean nuevas manifestaciones culturales opuestas a
las aceptadas.
El
tiempo va tallando la contracultura y su producto es absorbido por
el sistema cultural. El “Rock y el Jazz” son algunas de las
muchas manifestaciones y expresiones que pudiéramos traer como
ejemplo. El “Jazz” desarrollado al sur de los Estados Unidos, por
los afrodescendientes; a pesar de su origen europeo, en sus
comienzos era repudiado en la sociedad norteamericana, como hoy en
día lo es el reggaeton, ya que su ritmo no respondía a la
estética de las bellas artes; por supuesto representaba en su
momento a una clase marginada,” los afrodescendientes.”
Estas
ideas retrogradas de sociedades segregacionistas fueron
vencidas por la belleza de un “swing”. El tiempo permitió la
fusión del “jazz” con otros ritmos, de esta manera surgieron
nuevas formas de relaciones interculturales; dando un aporte
significativo a las ya existentes. Es difícil comparar el “Jazz”
con el reggaetón, pero su origen es
muy similar. El “reggaetón” hace tiempo forma parte de nuevas
expresiones musicales y aunque… no quiero “reggaetton” debo
decir, vino para quedarse…según el músico Jonathan Wenklar,
llegará el tiempo en que nuestros niños irán a los talleres de
“perreos” dictados por las Casas de la Cultura. “Cualquier cosa
es posible”…
Yajaira Cabrita
rosadeneon@yahoo.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario