miércoles, 2 de mayo de 2012

A un siglo de su hundimiento “El Titánic”


 El Titánic en el fondo del océano


El Titánic

A las 11 de la noche del día 14 de abril de 1912, a pesar de incorporar nuevas y avanzadas tecnologías la imprudencia enterró bajo las aguas del atlántico la soberbia de aquellos que creyeron “que ni Dios podía hundirlo.” Esta tragedia marítima de principios del siglo XX, fue capaz de sacudir las conciencias e hizo posible convenios internacionales para la protección de la vida humana en el mar.
En su tiempo era considerado el barco más grande y lujoso del mundo, zarpó desde el puerto de  Southampton Inglaterra el 10 de abril de 1912, con destino a Cherburgo, Queenstown y finalmente a Nueva York. Era el segundo de los trió de los transatlánticos construidos en los astilleros  Harland and Wolff. El 15 de abril a las 2:30 de la mañana el mar sepultaría en sus gélidas aguas al Titanic. Dejaría esté el mundo físico para perdurar en la memoria y en la historia de la humanidad.
Los últimos momentos del coloso han sido reproducidos por las páginas de la historia y del celuloide. Estas han relatado la tragedia que se pudo muy bien evitar si se hubiera tomado las medidas de seguridad necesarias como: la atención a los llamados de alertas lanzados por otros barcos con respecto a los gigantescos bloques de hielo “Iceberg” que se movían en su ruta y la colocación abordo de suficientes botes salvavidas. “La seguridad fue obviada en beneficio del lujo y el confort.”

Uno de los relatos más conmovedores fue sin duda el protagonizado por la orquesta de Wallace Hartley, en un intento para que los pasajeros no perdieran la calma ni la esperanza permanecieron tocando a pesar del hundimiento inexorable del barco; sus ocho integrantes jamás fueron hallados. Existen especulaciones acerca de la última melodía interpretada por ellos, la cual pudo ser «Más cerca, oh Dios, de ti».
Los sobrevivientes al describir la tragedia del Titánic dejaron entrever como malas decisiones entre ellas: poner en retroceso las maquinas del buque lo cual, resto potencia a las mismas e hizo difícil el viraje a tiempo del barco, no tener claro la cantidad de pasajeros que podían subir a bordo de los botes salvavidas y no llevar las luces de bengala rojas, usadas para el “SOS.” Todos estos hechos cobrarían la vida de 1517 personas; en su mayoría pasajeros de tercera clase.
En 1985 Robert Ballard, de la Institución Oceanográfica de Woods Hole, descubrió los restos del Titánic a 4000 metros de profundidad y a 625 km al sudeste de terranova. Este hallazgo sirvió para que otras expediciones saquearan los objetos que guardaron por casi un siglo las aguas del atlántico norte. A casi cien años de la catástrofe del Titánic, el crucero Costa Concordia el 13 de enero de 2012, encalló  frente a la isla italiana de Giglio,  con las graves consecuencias de al menos 28 muertos y 4 desaparecidos. La negligencia y la soberbia son los causantes de este nuevo desastre marítimo; al parecer el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

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